MUERTE A CUPIDO #SANVALENTÍN
Hace meses que no se de ti, pero te revuelves a tus anchas por mi cabeza, en mi pecho y en los recuerdos de mi cama. Parecía que no era nada importante, pero echo de menos tus manos, tus ojos claros, tu sonrisa de labios sabor a Dragoblanco afrutado.
Los aromas a 14 de febrero llegan hasta aquí y me molestan...
Insensato dios que contrae el músculo bombeador de sangre que le da vida a este cuerpo. Muerte al ser alado que imprime locura en mi cabeza y ceguera a mis actos.
Te desafío hado. Tú y yo, a muerte lenta y discreta. Te espero tras las ruinas de mi cuerpo, al acecho de la lucha. Juro que habrá sangre y que caerán rayos y centellas que anunciaran tu fin.
¿Cómo te atreves a clavarnos el puñal con desidia y saña? Eres tan cruel que riegas con malas artes la semilla que nos regala amor y termina descontrolando la razón que con tanto trabajo conquistamos.
Muerte a Cupido por traidor, embustero y cruel.
Era feliz, cuando no pensaba en el mañana. Cuando el ahora era suficiente para conquistar mi feudo mortal. Pensar que me puedes faltar, asesina mi sosiego y dispara mis miedos.
Te odio por proporcionarme el amor irracional, por hacerme partícipe de dos, por llenarme la cabeza con tantas historias de ternura infatigable, besos inconfesables y miedos de soledad...
Muere Cupido y libérame de este amor que oprime el pecho de esta simple mortal. Me asfixias, me envuelves entre complejos y me conviertes en ser diminuto e indefenso.
Muerte al dios mimado de arco en mano y flecha mezquina.
Muerte al impostor.
Muerte al ladrón de sábanas gamberras.
Muerte a quien me obliga a vivir presa del recuerdo de tus besos.